Fotoblog de los alegres excursionistas

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sábado, mayo 27, 2006

2006-05-27_28 Subida al Almanzor: 2.592 m


El pico más alto del Sistema Central.

El sábado por la mañana salimos desde Madrid y Las Rozas hacia Gredos con la intención de encontrarnos en el idílico Parador de Gredos pero por causas de fuerza mayor el meeting point tuvo que modificarse y acabó siendo la monumental ciudad de Avila, donde ya aprovechamos para comer, de manera muy corriente y moliente, antes de tomar la carretera hacia la Plataforma de Gredos.

A las 17.10 horas, bien pertrechados, estamos en el aparcamiento del la Plataforma, junto al camino que nos llevará hasta el Refugio Elola (2.000 m). Según los paneles informativos el tiempo estimado para hacer el recorrido son 2h 30’, así que sin más dilación iniciamos el ascenso por un camino empedrado que en pocos metros va ganando altura.

La temperatura es suave y el viento favorable, lo que hace más llevadero el ascenso. Afortunadamente es más el número de personas que vienen de frente que las que llevan nuestro mismo sentido…¡ todo el grupo tiene reserva en el Refugio menos yo!, así que no puedo dejarme adelantar por nadie ajeno a nuestra expedición no sea que pueda quitarme una cama bajo techo y la posibilidad de cenar caliente… (si queréis saber porque no tenía reserva, hablar con Juanma…)

El paisaje no es especialmente bonito ya que no hay ni un solo árbol, todo son arbustos y piedras, y por supuesto Cabras Montesas; aunque gracias a la primavera, se ven pastos verdes y matorrales florecidos.
El camino está marcado y delimitado, por lo que se puede seguir sin problema y además está transitable. Normalmente, si esta ruta se hace con nieve, el camino oficial suele estar embarrado y es inviable.
Foto: Chorro de la Fuente de los Cavadores


Foto: Yoli en el Mirador de los Barrerones
Sobre las 18.45, tras 3,5 km hemos ascendido 390m y llegamos al mirador de Los Barrerones (2.170m); aquí hacemos una pausa más prolongada para comer, descansar y divisar por primera vez el refugio, la laguna y el Circo de Gredos, con su principal cumbre y nuestro objetivo: El Almanzor.

Después de abandonar este privilegiado pero masificado balcón continuamos camino, esta vez es descendente y vamos con la tranquilidad de tener el hogar siempre a la vista.

Foto: Acercándonos a la laguna y el refugio Elola


El deshielo provoca torrentes de agua y pequeños riachuelos que cruzan el camino que sin problema los vamos sorteando. Sin embargo, cuando llegamos al pie de la Laguna, para vadearla tendremos que ir saltando de roca en roca por una hilera de piedras. Esta es la única manera de cruzarla sino quieres mojarte o hacer de alpinista…

En los últimos metros tuve que acelerar el paso para llegar al refugio; nos pisaban los talones un grupo de 3 o 4 personas y claro, no era plan de que en el último momento perdiera “mi plaza” y…¡tuve suerte!.
Llegamos por los pelos, justo cuando empezaban a servir la cena, eso fue llegar a “mesa puesta”; el menú fue ensalada de pasta, carne estofada con ensalada y… ¿mus de chocolate?
Compartíamos el comedor con otras 30 personas aproximadamente (...y era sólo el primer turno). Fuera, junto al refugio había 4 ó 5 tiendas de campaña y otro grupo más se preparaba para pasar la noche al raso (vivac).
Nuestra habitación (compartida con otros 20) estaba amueblada con 2 literas enormes para unas 10 personas cada una (5 en cada uno de los dos niveles) y una litera individual pero de 3 pisos,.
A las 22.00 fue “el toque de silencio” así que cada uno intento dormir lo que pudo y yo, como soy muy bueno, decidí pasar despierto el mayor tiempo posible y no es que no tuviera sueño ni me molestaran los ronquidos de la gente, vibraciones de la puerta, entradas y salidas de gente, calor del saco de dormir, luz que se filtraba por debajo de la puerta… yo quería vigilar el sueño y buen descanso de mis compañeros de excursión.
Poco antes de las 7.00 de la mañana empiezan los movimientos y bajamos a desayunar, en breve estamos nuevamente preparados para encarar la ascensión que nos ha traído hasta aquí.
Siguiendo los hitos pasamos junta a la charca Esmeralda, que tiene un agua tan limpia y cristalina como fría…que ganas darnos un baño.
Poco después llegamos a la Hoya Antón, ya estamos al pie del Almanzor. En este momento nuestro grupo está dividido: las chicas y Jaime van por delante y los sherpas (Juanma y yo) nos habíamos quedado atrás por lo que, cuando llegamos a la Hoya, vemos como las intrépidas mujeres han determinado ascender por la Portilla Bermeja, cuya pronunciada ladera está casi totalmente cubierta de nieve …¡olé!... así que nosotros como obedientes criados les seguimos los pasos en la distancia.
Desde lejos vemos que otra expedición formada por tres personas y que va por delante de ellas, suben por la nieve ayudandose de piolets y crampones (luego vimos sus huellas).

Foto: Las chicas subiendo "a pelo" por Portilla Bermeja


Visto lo cual y dado que nosotros llevamos el peso de la expedición, decidimos estrenar los crampones que traía Juanma y así avanzar con mayor firmeza. Poco después, a medida que ganabamos altitud y encontrabamos mayor pendiente, el miedo empezó a influir en alguno de los miembros de nuestra cordada, así que hubo que redistribuir el material que traíamos para que cada uno se sintiera lo más seguro posible.
Este ascenso es bastante exigente, pero se puede hacer. (A las pruebas me remito).

Dejamos atrás la nieve y tenemos que empezar a brincar por encima de multitud de enormes rocas para ir acercándonos a una segunda cumbre. Una vez aquí ya tenemos la cima más cerca y es, justo aquí, donde está lo más delicado: por lo complejo de encontrar el camino correcto y por lo peligros de algunos pasos. Por suerte las botas se agarran bien a la roca, aunque a veces los pies y las manos nos parecieron insuficientes puntos de apoyo. Sin duda, con nieve, esta zona es de alto riesgo.

Por fin, tras más de un rodeo, rectificaciones, dudas y renuncios, conseguimos hacer frente a los últimos metros de ascenso.

Foto: Jaime y Juanma junto al vértice y la cruz de hierro que coronan el Almanzor

Como representantes del grupo Jaime, Juanma y yo, coronamos la aventura llegando hasta el vértice geodésico que marca los 2.592 m.

Foto: El cuchillar de las Navajas desde el Almanzor


Para las chicas había sido un triunfo vencer sus temores y llegar hasta el punto en que nos encontrábamos, así que se perdonaron los últimos 5 metros de pared y aprovecharon para ir reponiendo fuerzas antes de un no menos exigente descenso.

Junto al vértice hay una cruz de hierro y un anclaje para cuerdas y nada más…son tres piedras en las que no caben más de 4 o 5 personas y donde el vértigo se siente sobradamente. Todas las precauciones son pocas. El sol aprieta y el hambre y el cansancio son evidentes, así que prudentemente descendemos y nos unimos al festín de frutos secos, galletas de chocolate, chucherias…

Cuando iniciamos la bajada nos encontramos con varias nubes de mosquitos, algo muy desagradable porque se metían por todas partes y además no podías correr porque tenías el riesgo de dar un traspiés y caerte. La pendiente es pronunciada y el camino difícil, así que haciendo de tripas corazón, aguantamos como pudimos.
Deshaciendo lo andado llegamos otra vez a la nieve y a pesar de que alguna no pudo superar su cansancio y sus temores quedándose “bloqueada” en este tramo, para la mayoría fue el momento más divertido porque bajamos de la manera mejor y más rapida…botiesquiando o culeando, todo valía.

Foto: Lidia descendiendo con gran técnica por la Portilla Bermeja


Llegamos nuevamente al refugio, comimos, descansamos y otra vez a caminar para salir de allí. Dos horas más hasta el aparcamiento y vuelta a Avila para recoger el coche que habíamos dejado allí.

Esta ruta puede ser o muy complicada o perfectamente asequible según cuando y cómo la hagas. En invierno es muy complicada y en verano puede parecer demasiado accesible y fácil aunque no está exenta de peligros. (accidente ocurrido justo el día siguiente a la excursión "facil")
Lo más importante es como siempre, ser prudente y conocedor de las limitaciones personales. Anímo a quien no la haya hecho a realizar esta ruta, es exigente pero accesible.

Fdo: Antonio.

Tenemos más fotos en http://community.webshots.com/album/550898327LKzvlh

Juanma.

sábado, mayo 20, 2006

2006-05-20 La Cuerda Larga: 18 km




La travesía integral de la Cuerda Larga permite ascender a ocho dosmiles junto con sus respectivas cumbres secundarias y collados. Lo más habitual es realizar la ruta en el sentido Navacerrada-Morcuera por ser las alturas principales las que aparecen antes, para ir menguando junto con las fuerzas de cada uno, a lo largo del recorrido.
Es fácil de seguir porque transcurre siempre por la línea de cumbres, también llamada cordal, de ahí el nombre, y porque basta con seguir las marcas del GR. El tiempo estimado para completar el recorrido suele ser de 7 u 8 horas, nosotros tardamos 9,30 (…nos lo tomamos con calma)

De manera esquemática, los nombres y alturas de las cimas son:

1. Alto de Guarramillas, más conocido como"La Bola del Mundo"(2.262m)
2. Valdemartín(2.279)
3. Cabezas de Hierro Menor(2.299m)
4. Cabezas de Hierro Mayor(2.383m)
5. Loma de Pandasco(2.238m)
6. Asómate de Hoyos(2.230m)
7. Bailanderos(2.126m)
8. La Najarra(2.106m).
En el cuarteto habitual faltaba Pablo, que andaba por tierras polaca practicando otro tipo de deportes… aún así encontramos una digna sustituta que a pesar de no tener experiencia montañera y ser adicta a los “malos humos” terminó satisfactoriamente esta “mítica” ruta del senderismo madrileño.

Iniciamos la caminata a las 10.25 de la mañana desde el Pto. De Navacerrada (1.860 m), donde hemos aparcado el coche 2. Previamente habíamos dejado el coche 1 en el Pto. De La Morcuera (1.776 m), donde acabaremos la ruta.

Encaramos la pista asfaltada que nos lleverá a La Bola del Mundo, la primera dificultad del camino y el mayor desnivel a salvar: 400 m. Pronto descubrimos que las camisetas y la manga corta han sido una elección temeraria.
El calor pasado a lo larga de la semana anterior nos había hecho pensar que sufriríamos los rigores del sol y por eso íbamos pertrechados con más liquido del habitual, cremas protectoras, gorras, gafas de sol…pero como es habitual, el clima en la montaña es cambiante y más severo que el de la llanura, así que tuvimos que improvisar para soportar el molesto viento que nos acompañó durante todo el trayecto. También nos mentalizamos para soportar el frío y no prestamos atención a la piel de gallina de teníamos.

Camino del segundo alto pasamos junto a la pequeña estación invernal de Valdesquí, donde las pistas ahora parecen innecesarios cortafuegos en una montaña pelada, sin árbol alguno y donde ningún arbusto supera los 30cm de altura.
Una curiosidad que no sé si repite en algún otro lugar es que desde aquí podemos observar al mismo tiempo dos capitales de provincia distintas: Segovia (distinguiendo incluso la torre de la Catedral) y Madrid (donde se distinguen otro tipo de torres…).
Fue una pena que el cielo no estuviera limpio, había bruma en el horizonte; seguro que en días más claros se puede gozar de mejores y más lejanas vistas

Nos encontramos con locos del treking de alta montaña, corriendo por las piedra; gente que había salido a ¡pasear al perro!, pero cuando llegamos a las Cabezas de Hierro, los distintos grupos de excursionistas que habían empezado la ruta al mismo tiempo que nosotros se vuelven, no continúan, (“Unos gays” que diría Juanma); también dejamos de encontrarnos con senderistas en sentido contrario.

A pesar de esto, no nos quedamos solos, al poco encontramos otros grupos…¡ La Cabra Montesa! (Capra Ibex).
Casi hasta el final nos fuimos tropezando con rebaños de cabras o ejemplares solitarios. Lo mejor es que a diferencia de sus domesticados parientes de Gredos, estas cabras parecen más salvajes.

Según parece han pasado de estar al borde de la extinción a una sobrepoblación, por lo que se están llevando ejemplares a otras partes para reducir su número.

Después de ver tanta carne de caza en movimiento, de casi 4 horas de camino y saltos entre piedras decidimos hacer el obligatorio alto en el camino para hincarle el diente a también muy Hispánico bocadillo de jamón. Encontramos un pequeño refugio donde protegernos del viento y allí nos acoplamos.

Tras dar buena cuenta de los embutidos, longanizas, frutas y alimentos ricos en calorías Juanma y yo optamos por un amago de siesta, situación que fue aprovechada por las féminas para continuar camino y tomarnos ventaja, que a punto estuvo de ser definitiva si no hubiera sido porque quedaban algunas cumbres donde sus fuerzas flaquearon más que las nuestras.


El último tramo se lleva con mejor espíritu porque ya podemos ver el final de la ruta. La pendiente nos favorece, aún así no es fácil, el cansancio se nota, las torceduras de tobillo son más frecuentes, las rodillas se resiente…¡ya queda poco!... pero los peligros no han desaparecido… ¡una Vaca! con su ternero está en nuestro camino…

Llegamos al coche 1 a las 20.07 y tras recuperar el coche 2 nos vamos sobre ruedas a cenar a Guadarrama: ¡hay que recuperarse!


Lamentablemente, esta ruta ¡ NO ES CICLABLE!


Fdo. Antonio

domingo, mayo 14, 2006

2006-05-14: Via verde de La Jara: 105km (2ª Pre-Transpi)

Una prueba de resistencia, por la distancia a recorrer, la temperatura y la falta de agua.

Esta larga ruta llevaba en mente bastante tiempo pero su lejanía de Madrid (150 km) y el hecho de que sea una ruta lineal habían sido factures disuasorios.

Finalmente, previa votación, nos hemos decidido a afrontarla, especialmente por el reto que supone hacer 100 km y ver como nos responde el cuerpo...

Habíamos quedado a las 10.00 de la mañana en la estación de Calera y Chozas, cerca de Talavera de la Reina. Allí empieza la Vía Verde de la Jara (nombre oficial de la ruta). Curiosamente se celebraba este día el Día Nacional de las Vías Verdes y, aunque esto podía ser una señal de llamada para muchos, la verdad es que no nos hemos encontrado a demasiados ciclistas.





El principio transcurre entre huertas de regadio. El firme está bien y las rectas son infinitas; el perfil es ascendente pero suave.





Pronto empezamos a encontrarnos con más ciclistas, algunos en plan familiar y otros más aficionados.
Aquí una prueba de que la Cris no fue un espejismo...

Tras a travesar los dos primeros tuneles llegamos a la zona "más impresionante" que es el viaducto sobre el Tajo, por donde nunca llegó a pasar el tren y que ha quedado como una fenomenal obra para el paso de ciclistas y caminantes...

Sin duda, los momentos más "emocionantes" los hemos vivido al atravesar los túneles (hay 18) especialmente los más largos, ya que todos estaban sin iluminar y la única referencia era la luz al otro lado. Lastima que algunos estuvieran en curva y ni siquiera existia esa referencia. Lo más agradable era la temperatura dentro del tunel, hasta 4º inferior a la del exterior.(31º) .. igual de refrescate pero menos agradable ha sido encontrase con charcos en mitad de la oscuridad.

A medida que ibamos pasando estaciones en desuso, el resto de ciclistas nos va dejando, sin duda los km se van notando y no todos aguantan (o quizas conocían lo que esperaba al final de la ruta). Continuamos en ascenso junto a un rio que por su falta de caudal y corriente no invita al baño. El único punto posible es un molino y una presa, y como de costumbre, Juanma no se contiene y necesita comprobar si el baño es factible.

Los ultimos km de la ida se hacen muy pesados, el calor va pengando fuerte y el viento sopla en nuestra contra, pero lo más duro es llegar al final y ver que ¡¡¡ no hay ni un bar !!!; ni siquiera una fuente y casi ni una sombra limpia de excrementos de oveja.

Después de la primera decepción de los que desconocian este dato y tras reponer fuerzas, compartir el agua y apadrear un bidón oxidado, nos sentimos lo suficientemente capaces como para afrontar la vuelta y recorrer los 33 km que nos separaban del manantial de agua más proximo.

No sin antes despedirnos, como la brigada ligera, de los unicos seres que encontramos en Santa Quiteria...

En la vuelta nos favorecía la pendiente aunque el calor era más intenso y el cansancio acumulado se hacia notar; la falta de agua ayudaba a la deshidratación y el dolor de cabeza, pero al final, como mucho esfuerzo llegamos al pilón de Aldeanueva de Barbarroya, sin duda un oasis donde por fín pudimos saciar nuestra sed y refrescarnos (esperemos que sin efectos secundarios).

Otros 13 km y llegamos al punto de partida donde el Aquarius y bollitos varios sirvieron para recuperarnos un poco, pero a mi lo que más me ha ayudado ha sido dormir esta noche y no tener que madrugar ni ir a trabajar...

Fdo. Antonio.

Hola.

Voy a poner el perfil de la ruta. Es el perfil de ida y vuelta. Visto así, ¿a que parece impresionante?. Pues son menos de 400 metros de desnivel. Ahí va eso...


Saludos.