2008-05-01 RAFTING en Huesca

El Miércoles 30 de Abril, en el nuevo vehículo de la familia Pérez, arrancamos a eso de las 17.00 horas la primera avanzadilla; formada por Lidia, Juanma, Silvia y este relator. Para nuestra sorpresa no nos encontramos con los temidos atascos que se suelen formar al salir de Madrid cuando el calendario nos regala varios festivos seguidos…¡qué bien están elegidas las fiestas del 1 y 2 de Mayo!.

Lamentablemente, las retenciones nos las encontramos en Zaragoza. La obras de la”Expo del Agua” provocan un atasco difícil de digerir sin altas dosis de paciencia. El cansancio y el hambre se hacen más intensos cuando cae la noche, así que aprovechamos por Huesca "Citiy" y nos disponemos a buscar mesa y mantel . Tras un paseo entre dudas y preguntas, optamos por entrar en el que mejor nos parece.

De nuevo en carretera, ya sin autovía, y con unos 180km todavía por delante, continuamos la sinuosa ruta metidos en noche cerrada. Las horas de coche pesan y, cuantas más ganas tienes de llegar, más se estrecha la carretera y más cerradas y frecuentes son las curvas. Parece que estamos más lejos que cuando empezamos… ¡Por fín! media hora después de entrar el Jueves llegamos a nuestro destino. Localizamos la casa y, siguiendo las instrucciones de nuestro temporal casero, encontramos las llaves ocultas bajo una piedra, no sin antes ser recibidos con los voraces ladridos de un perro que nos sorprende en la oscuridad. (Yo sentí una dentellada en mi orgullo…)

Descargamos las maletas y la compra. Recorremos “nuestro hogar”… una casa con una distribución peculiar: estrecha y comprimida que sólo sube y sube: entrada y escalera, salón y escalera, baño y escalera…¡menos mal que no hay más!
Por la mañana, mientras esperamos a que lleguen P&P (Patricia y Pablo) de Madrid, descubrimos las pocas callejuelas de Eriste y aprovechamos para documentarnos sobre las rutas que se pueden hacer por la zona en un pequeño centro de Información. Por los alrededores seguimos una senda botánica, con bonitas vistas del lago, cumbres nevadas y vegetación de distintas tonalidades (…¡que cursi!).

Cuando la segunda parte de la expedición llega a destino descubrimos que, los Sres. Pérez, fieles a su espíritu inquieto y descubridor, habían emprendido una ruta a pie hacia la cascada de la Espingantosa.
Afortunadamente, parte de ese camino se podía hacer en coche, así que los recién llegados vuelven al mismo y nos subimos por una carretera muy estrecha en busca del matrimonio. Cuando el asfalto se convierte en pista forestal se hace intransitable y, por precaución, hay que darse la vuelta para no dejarnos los bajos del coche en alguna piedra. P&P se vuelven y el resto continuamos hasta la cascada. La noche nos coge en la bajada pero eso no nos asusta. Lo que sí nos sorprendió fue algún sonido humano…

El viernes era el día “D” ..Del rafting. Nuestra excusa para venirnos hasta este remoto valle oscense. Volvemos al coche, exprimimos al máximo las 7 plazas del SCENIC y como una verdadera familia nos encaminamos hacia el pueblo de Campo, punto de encuentro e inicio de la aventura balsera. Atravesamos el estrecho cañón que lleva a Seira y, al poco llegamos al local de “Eseraventura”. ¡Qué nervios!
Nos dan la vestimenta y vestuarios…mixtos… ¡que bien queda el neopreno!
Ya en la orilla nos adjudican guía y balsa, instrucciones básicas, distribución de la marinería y…¡ AL AGUA PATOS!
Como resumen podemos decir que lo pasamos fenomenal, que queremos repetir pero en un río con más desnivel en los rápidos (este nos pareció “facil”), que el agua estaba fría pero se sobrellevaba, que fue agotador y que nos divertimos mucho.
Tras el ejercicio llegó la hora de recuperar energias. En Benasque comimos y visitamos la tienda de Barrabes(conocida por cualquier montañero que se precie). Luego seguimos la carretera hasta el final, donde descubrimos el precioso paisaje que rodea al “Hospital de Benasque”, que ahora es un Hotel estupendo.

El sábado 3 tocaba ruta montañera, a la que finalmente P&P no se apuntan. Subimos por el valle que forma el río Estos hasta el refugio (1.780m) que tiene ese mismo nombre. Un camino también muy bonito, con agua en abundancia y por el que pasamos zonas que parecen en estar en cada una de las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. Tan es así que no pudimos hacer la ruta completa porque el camino hacia los Ibones de Perramo y Batisielles estaba impracticable por la nieve y algún alud.
Con más rabia que coraje Silvia superó sus momentos de debilidad y llegó sin problemas hasta el refugio, donde comimos y tras un rato de descanso y relajación volvimos a nuestro camino. Ya más fácil porque la pendiente era a nuestro favor. Creo que al final fueron cerca de 20 ó 22 Km. en 6h y cerca de 600m de desnivel.
Con el cansancio correspondiente el domingo retornamos sin más novedades a Madrid. (previa parada en Huesca para comer).

Fdo.Antonio