2010-03-20 Puente del Retamar (33km)

Tercera vez que iniciamos etapa en el Puente del Retamar(s. XVIII) que cruza el río Guadarrama, a la altura de Las Rozas, y segunda vez que hacemos esta ruta. Los primeros 8 km son la parte más dura y son el tramo común (ver blogs anteriores) para varios recorridos que parten del área recreativa que han montado alrededor del puente.

Habían dado lluvia para estos días, festividad de San José, pero al final no ha llovido y nos hemos puesto en marcha, con algo de retraso, al tener que cambiar una rueda pinchada de… ¡mi coche! (no sólo las bicis pinchan).
Michelin Technology vs "Juanma Technology"... para ver si mueve la llanta.
El día está gris, pero no parece que nos vayamos a mojar, al menos por lo que nos pueda caer desde arriba, más bien nos mojaremos por lo que nos salpique “desde abajo”. Tanta lluvia ha dejado zonas pantanosas, muchos charcos y zonas embarradas. Todo arroyo lleva más agua de la habitual y más de una vez tenemos que cruzar a pie, echar la bici al hombro y saltar de piedra en piedra, para no mojarnos más de la cuenta.


Se nota que el fin de semana es de tres días y muchos se han ido fuera de Madrid. Encontramos menos “bikers” de lo habitual.
A la altura de la urbanización Los Ranchos, como ya hemos hecho varias rutas por aquí, sugiero a Juanma “a cortar” e ir directos a la Ermita de Colmenarejo, sin dar el rodeo de la ruta “original” ya que, paisajísticamente no aporta nada y además te lleva a una carretera con bastante tráfico y poco arcén (=¡peligro!). Atravesando urbanizaciones llegamos a la explanada de la Ermita de la Virgen de la Soledad, desde aquí se puede acceder al pantano de Valmayor.
El suelo de las pistas que ha conseguido aguantar las lluvias de este invierno, se ha quedado estupendo, compacto, sin polvo, no muy duro y agarra bien. Llaneamos entre fincas por una pista ancha y cómoda. Cruzamos un arroyo y ascendemos por un camino que exige un poco de fuerza al principio, pero enseguida volvemos a la pista ancha.
Teníamos nuestras dudas sobre cómo estaría la “gran grieta” ¿Habría aumentado? ¿Estaría transitable?¿Habría barro o agua?. Nos referíamos a tramo que transcurre entre las vallas de dos fincas, donde la anchura de paso debe ser de 5 o 6 metros, pero en el que el suelo está bastante roto, con trialeras, rocas, arbustos y casi no hay sitio por el que hacer pasar la bici. Por suerte para nosotros, el camino no estaba tan mal y pudimos pasar sin excesivos problemas, había que hacer de equilibrista en algún momento, pero se pasó bien. No pudo decir lo mismo la oveja que encontramos.
Otro gran aliciente de esta etapa era la bajada hasta las tuberías del Canal, cerca de V.del Pardillo. Es un tramo muy divertido por sus continuas curvas, pero exigente y técnico, porque tiene bastantes piedras y si no controlas la velocidad, te puedes salir en una de las “divertidas” curvas. También hay que esquivar los “latigazos” de los arbustos que hay en la vereda y más de una raíz. Se agradece una buena amortiguación que absorva tanto impacto en las muñecas.




Finalizada la bajada, rodamos un rato junto a las grandes tuberías que vienen y van al pantano de Valmayor. Cruzamos de nuevo el río Guadarrama por la urbanización “Villafranca del Castillo” y remontamos el río por un camino junto a su orilla, hasta llegar al punto de partida.