Fotoblog de los alegres excursionistas

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sábado, abril 14, 2007

2007-04-06 Lagos de Saliencia (Somiedo-Asturias)



Tras pasar la noche en una casa rural en Muros del Nalón a escasos 400m de la abrupta costa Cantábrica salimos hacia el Parque Natural de Somiedo.
Sobre el mapa sólo nos separan escasos 80 km, pero por una carretera tan sinuosa, estrecha y curvada que nos parecerá un viaje interminable. Hacemos un alto en Belmonte donde a pesar de ser festivo (Viernes Santo) hay varios comercios abiertos; en estos pueblos todavía sobreviven los pequeños negocios familiares donde los horarios de cierre y vacaciones no conocen de convenios; además deben aprovechar el tirón turístico de estos días y tampoco podrian dejar sin atender sus clientes más fieles: los paisanos.

La carretera continua paralela al río Pigüeña, encajonada en el fondo de un estrecho valle. Cada curva del río tiene su replica en la carretera. Por las laderas escurren abundantes torrentes de agua. Es un espectáculo ver como rezuma por todas partes, y más cuando uno lleva ya largas temporadas concienciado por la falta de agua en otras.

Unos km antes de llegar al pueblo de Somiedo nos desviamos por la carretera SD-1 para dirigirnos a Saliencia. Si la carretera anterior era estrecha, esta la supera. Las montañas que la flanquean son aún más altas y su verticalidad y proximidad a la carratera las hacen más impresionantes.

La ruta que pensamos hacer empieza en el Alto de la Farrapona (1.709m), donde termina Asturias y comienza León. Allí también se inicia el camino a los lagos. “Lamentablemente” la pista forestal que nos debía llevar desde Saliencia hasta el Alto está intransitable por la nevada caída el día anterior y, como ni nos hemos traído el 4x4 ni el quitanieves y Pablo tampoco quiere quedarse sin coche, nos vemos obligados a empezar la ruta en Saliencia, debiendo sumar los 7km que nos separan del Alto a la ruta prevista (más otros 7 de vuelta)

En seguida la nieve cubre toda la pista, sólo se puede continuar siguiendo las huellas y el camino pisado por otros que nos preceden. Hace un día de sol estupendo. Afortunadamente esta vez sí nos habíamos acordado de la crema protectora…
El paisaje es una maravilla, el agua sigue surgiendo a borbotones por todas partes, las acequias rebosan, los arroyos están crecidos, hay saltos de agua en cada talud..."¡se nos hace la boca agua!"

Andar por la nieve consume bastante más energía que una caminata por el campo seco y el desgaste se nota. Continuamos pisando otras pisadas y al poco alcanzamos un grupo de “maduros madrileños” que deciden darse la vuelta porque ven impracticable el camino a seguir. No quieren arriesgar y con sus justificaciones para el abandono parece que nos quieren hacer también desistir a nosotros.
Por suerte otro grupo más joven e impetuoso sigue adelante y continua atajando y abriéndonos el camino , pero al poco se detienen para reagruparse y les adelantamos un poco antes de llegar al Alto.
Echamos una mirada a las montañas leonesas, tan nevadas como las asturianas. En el collado abierto sopla algo de viento y el frío se hace notar, por lo que volvemos a paso ligero a retomar nuestra senda buscando la protección de la montaña. Atrevesamos un imponente desfiladero, donde hay que ser cuidadoso y precavido. Un traspies puede se fatal. A la salida nos espera el primer lago, el de La Cueva.

Necesitamos descansar y comer, nos relajamos y disfrutamos del sol y las vistas…¡Qué maravilla!

Una vez recuperado el aliento y viendo que la hora era favorable, decidimos probar suerte y ver si somos capaces de llegar hasta los otros lagos, ya que el camino no parece muy dificil y también está pisado .

La verdad es que fue una decisión acertada, porque el paisaje que encontramos era más grandioso que el anterior y, como me faltarán adjetivos y me repetiría demasiado, prefiero no decir más.

Añadir que al final hicimos según el GPS 20.5km en 6h 30’, paradas incluidas, que el desgaste de andar por la nieve fue alto, que las botas sufrieron bastante y acabaron filtrando agua y que tardaron más de un día en secarse, que anduvimos algún tramo con nieve hasta las rodillas y más allá…pero mereció mucho la pena.



Camino del Lago Calabazosa

Laguna Almagrez helada