Fotoblog de los alegres excursionistas

Fundado en noviembre de 2005 ¡Celebrando los 10 años desde nuestro último post...!!!

sábado, diciembre 28, 2013

2013-12 Otro año más se va...

...y lo más parecido a montar en bici que he hecho a lo largo de 2013 fué:
Si, este año nos pasamos a las cuatro ruedas y, para ir haciendo cantera, recorrimos un poco la Casa de Campo, pero a pesar de las cabriolas y de intentar aventurarnos por caminos más estrechos... no es lo de antes.
 Ahora la atención y el tiempo lo requieren otras prioridades...¡Qué tiempos aquellos en los que uno era dueño de su tiempo! o, al menos, eso nos parecia.

miércoles, diciembre 05, 2012

2012-12-02 Un nuevo adicto a la bici?

Contra todo pronóstico, el domingo volvimos a las andadas (valga la redundancia), y repetimos (sí, más de uno) casi la ruta sureña en dirección a Rivas.


Esta vez vinieron Nacho y Juanma. Nacho quería probarse en serio, con ruta campera, en bici de verdad (aunque de chica) gracias a la generosidad de Lidia. Y Juanma, accedió sin rechistar a acompañar a este par de noveles, con mucha paciencia, y mejores herramientas, como por desgracia tuvimos que comprobar más adelante. Aquí dejo un enlace útil, a ver si en próximas salidas he aprendido algo:

http://www.todomountainbike.es/art/las-herramientas-basicas-que-cualquier-aficionado-a-la-mecanica-de-bicicletas-deberia-tener

La mañana, de las más frías en lo que va de otoño. A penas se rozaba el grado centígrado a las 1000, cuando quedamos en el punto de inicio, al lado circuito de BMX de Arganzuela. Tras ajustar monturas, ropaje, y aguas menores, salimos por el Parque Rio, en dirección a la Caja Mágica, y Parque de la Ribera Sur del Manzanares. El bosque de galería, que aún conserva casi intacto su verde follaje, impedía que el sol nos ayudara a calentar la maquinaria.

Ya dejando el río a la izquierda, en paralelo a la vía del AVE, la ausencia de vegetación y las primeras rampas artificiales nos hicieron empezar a sudar. Y ya mojados por dentro, nos tocó mojarnos también un poquito por fuera, al atravesar varios barrizales y arroyos de camino a Rivas. Casi llegando, con el Polígono industrial de fondo, la pista de tierra deja paso al asfalto, en una carretera con poco tráfico, hasta la rotonda de entrada a Rivas. Una calle a la derecha nos conduce hacia la famosa Laguna, pero la abandonamos para regresar a la tierra, en una rampa de gran pendiente que nos lleva a lo alto del cortado desde el cual se divisa perfectamente la laguna, Arganda, Madrid, y la Sierra.

 
Una serie de subidas y bajadas que bordean el cortado nos hacen retomar poco a poco el rumbo norte. En una de esas, mi cambio dijo basta, y se desprendió del cuadro, enganchándose en el radio de la rueda trasera. ¡Tremenda avería!


Gracias a la habilidad mecánica de Juanma, pudimos amputar la avería, acortar la cadena, y dejar engranado el plato mediano y un piñón más o menos fijo para poder seguir durante los 28kms que aun quedaban por delante. La verdad es que el apaño funcionó, con algún susto que otro, con muchos pie-a-tierra, muchas fatigas, re-reparando la avería un par de veces, pero funcionó.

Total, que seguimos por el cortado, atravesando una zona bonita de pinares, hasta llegar a Rivas Urbanizaciones (otro nivel, Maribel), y rodeando esta zona, entroncamos con la carretera que lleva a Valdebernardo y Vicálvaro. Esta parte de la ruta es prescindible, por ser por carretera, polígonos sacados del inframundo, y escenarios dignos de película post-apocalíptica. Una penuria que dura hasta que llegamos al Anillo Ciclista, más civilizado, pero igual de predecible. Casi tanto como el pinchazo de Juanma, a escasos 10 kms de la llegada, momento que aprovechó el alto mando militar, para hacer la típica llamada de "¿donde te metes?, ¿qué haces que no estás ya en casa?", etc.


Aquí dejo otro consejo, para el que lo pueda necesitar, sin mirar a nadie, y desde el cariño:


Reparado el pinchazo, reanudamos la marcha, y salvo para asistir a una pobre accidentada debajo de un puente en casi completa oscuridad (tranquilas, iba acompañada de su chorbo), no volvimos a parar hasta llegar al punto de inicio. En resumen, ruta prescindible de la mitad en adelante; Nacho está enforma; Juanma debería caber en la mochila para no salir sin él en ninguna ruta; el blog revive.

Ahora llega el puente, las navidades, más frío, etc, así que no prometo nada.
P.

lunes, noviembre 26, 2012

2012-11-25 Nos hacemos mayores!!

Algo que por más que resulta evidente e irremediable, no termina de calar en la mayoría de nosotros. Y es que todo cambia, y casi todo a peor. La memoria, por ejemplo. Que ya uno no se acuerda ni de que tenía un blog, y cuando se vuelve a poner a ello, casi dos años después, cuesta mucho más que entonces. Y del físico... mejor ni hablar. Ahora son todo achaques, lesiones, dolores, agujetas, y todo para conseguir mantener una míseria de condición física.

Lo que no ha cambiado todavía, y esperemos que nunca lo haga, es la necesidad de aventura, aire puro y sensación de libertad. Así, una vez más, se me metió entre ceja y ceja que tenía que sacar a pasear la bici, que lleva acumulado en el tendedero el polvo de casi 4 años de casi nula actividad. Y es que a excepción de paseos domingueros por el Parque Río, no ha habido forma de volver a tener continuidad con las rutas TT que originaron en parte este blog.

Tras tentar al casi desintegrado grupo de excursionistas, y comprobar una vez más mi gran poder de convocatoria, me decidí por una ruta inexplorada en dirección sur-este, que podía iniciar desde la puerta de casa (gran ventaja no tener que tocar el coche). En WIKILOC encontré el track, y lo cargué en el Garmin. Equipado el pulsómetro y las vituallas, a las 10:00 del domingo estaba listo para zarpar. Solo.



Saliendo de casa en dirección al Parque Manzanares, y atravesándolo, se llega al parque de la ribera sur del Manzanares, que es como el hermano pobre del ahora tan de moda Parque Rio. En esta época del año está bonito, porque el rio corre, no huele demasiado raro, las orillas están verdes, y cubiertas con la hojarasca típica del otoño. Es curioso circular por una especie de paisaje subterráneo al aire libre, algo que normalmente no está visible desde las calles, la M40, M45 o M50, pero que sin embargo está ahí de siempre, y tiene vida propia. Bastante gente haciendo deporte, mucho ciclista, menos corredores, familias paseando.

Antes de llegar a Perales del Rio, el camino se aleja un poco del cauce, y atraviesa una zona menos interesante de obras, explanaciones, pasarelas sin acabar, desvíos... Esperemos que el camino siga ahí cuando las obras terminen. Las obras dejan paso a campos de cultivo y huertos familiares. Una pasarela me conduce por encima de la vía férrea y bajo la M50, siempre por la margen izquierda del rio, siguiendo las indicaciones del "Camino Uclés" que salpican tuberías de hormigón y postes del tendido eléctrico, junto a las inconfundibles marcas del GR.

Llego a un cruce en el cual la ruta se bifurca, iniciándo un tramo circular que se puede hacer en uno u otro sentido. Yo elegí el de las agujas del reloj, tomando el ramal estrecho de la izquierda, que avanza encajonado entre pequeños cortados arenosos y cotos privados de caza (se escuchaban los tiros), granjas de ganado vacuno, y ya con Rivas al fondo, viñedos.



Entonces empieza la emoción, porque la ruta original te obliga a saltar un par de barras que cierran el paso que bordea unas edificaciones creo que militares. Esto se consigue sin problemas, y sin llamar la atención de nadie (el ejercito está en horas bajas). En este punto me situo ya bajo los cortados de Rivas, que sigo rodeando según avanzo por una pista de arena.



Al llegar al otro lado del macizo, dejo a mi izquierda las lagunas de Rivas, aunque no son visibles todavía. El camino se interrumpe en un punto en el que hay que echar pie a tierra. Unas rocas inmensas hacen que sea necesario algo de escalada para poder volver al camino y continuar. Desde este punto, podemos ver la laguna más grande, con sus instalaciones hidráulicas que aun hoy deben funcionar. La pista se vuleve asfalto, y me conduce fácilmente hasta el punto más bajo y más al sur de la ruta, un cruce en el que debemos volver, muy a nuestro pesar, a la tierra, y a las rampas.

El terreno es complicado, está descarnado por el paso de las recientes lluvias, y casi no hay camino que poder seguir. La valla de las instalaciones militares de la zona que ocupan el alto del macizo me obligan a echarme a los sembrados, y llega un momento que tengo que seguir subiendo a pie. Afortunadamente la lluvia que empezaba a caer, se detiene en pocos minutos, y consigo llegar a un terreno más favorable. Trato de distrutar de una pequeña bajada, pero nuevamente me doy de bruces con la autoridad, esta vez en forma de valla de dos metros con alambre de espino. Horror. Por un momento pienso que me tengo que ir por donde vine. Pero tras unos minutos de frío análisis, decido probar mis fuerzas y mi suerte. Consigo levantar la bici lo suficiente para sibirla encima de la verja, y dejarla en equilibrio el tiempo suficiente para para escalar yo hasta el otro lado, y recuperarla sin sufrir daños ninguno de los dos, y sin levantar la más mínima sospecha en la comunidad militar.



La carretera asfaltada que tomo en este punto, cruza el lugar conocido como "La Marañosa" y entronca con la M301. Sigo esta carretera por su carril bici, cruzando el arroyo Culebro, en dirección a Perales del Rio. Un desvío a la derecha nos conduce hacia la depuradora de aguas de la zona que está al lado del cruce donde acaba la parte circular de la ruta. La vuelta hasta el inicio desde ahí, es deshacer el camino, pero con unos 40kms ya en las piernas.


Y ahora, ¿cuánto tardaremos en volver?

P.

domingo, julio 24, 2011

2011-07-24 10 días de baja.

Salir no saldremos, pero para una vez que salgo... 10 días de baja.


Esguince de grado II. Férula de yeso 10 días.

Sólo quería bajarme de la bici. Pero la cala no salió. Snif.

martes, abril 19, 2011

2011-04-19 Arroyo Chivato (La Pedriza)



Tiempo hacía que no teníamos en el blog una reseña de senderismo. En esta ocasión y aprovechando las vacaciones de Semana Santa, sobrino y tío nos adentramos en la Pedriza para remontar a pie el "Arroyo del Chivato". Así, sumamos un nuevo miembro a nuestro blog.
Dejamos el coche en el último aparcamiento, donde siempre aparcamos cuando venimos para recorrer en bici “las zetas”. Avanzamos por la pista pero pronto la abandonamos por un puente pequeño que cruza el ya río, Manzanares. Siguiendo la senda nos adentramos en un pinar hasta llegar a la conocidísima entre los excursionistas madrileños "Charca Verde", que en verano se convierte en solárium y piscina natural. Desde aquí remontamos el curso por el margen derecho (aguas abajo hemos dejado su unión con el Manzanares). Caminamos pegados a la orilla, ignorando el camino que está unos metros más arriba.

Al rato hacemos la primera parada para comer algo. Notamos el esfuerzo de ir ganando altura a cada paso y hay que dosificar las energías. Aquí empezó a chispear, era una de los temores que teníamos, porque las previsiones del tiempo eran regulares. Afortunadamente sólo fue un momento y no tuvimos más molestias que la de ir cargando con un paraguas que, aún cerrado y colgado en la mochila, se enganchaba esporádicamente en alguna rama.

El deshielo en las cumbres aunque está llegando a su fin, no impide que el caudal siga siendo generoso, incluso baja con fuerza en algunos puntos, formando pozas de agua transparente. Muy apetecibles para el verano si el caudal fuera el mismo y el acceso más sencillo.
Esto sí es "Madrid río" y no el de diseño que hay a varios kilómetros aguas abajo.
Ir tan próximos a la orilla no siempre es fácil y a veces debemos dar pequeños rodeos hasta encontrar el mejor paso.

Finalmente, tras 4,5km de ascenso encontramos un lugar que nos parece bien para la parada definitiva. Será el punto cumbre de nuestra escapada senderista. Comemos, descansamos y emprendemos el camino de vuelta siguiendo esta vez la senda pisada, lo que nos facilita aún más la bajada y hace que vayamos más rápido. LLegamos al coche después de un total de 9 km, una aventura más finalizada.

sábado, septiembre 18, 2010

2010-09-18 FESTIBIKE 2010 – Ruta corta 36 km


Después de un par de días con fuertes lluvias amanece un día estupendo. El suelo está más compacto, sin polvo, aunque quizás pueda estar blando y embarrado en algunas zonas, pero la tierra estaba tan seca que seguramente haya absorbido todo el agua caida.
La cita es en La Dehesa de Navalcarbón, en Las Rozas, donde se celebra la X Edición del Festibike (la fería más importante de la bicicleta que se realiza en España) y donde han situado la salida de la Maratón MTB “El Corte Inglés”, con una inscripción limitada a 1.800 participantes que se agotó antes del día de la salida.

"No hay color" entre los nuestros y el resto...
Nos inscribimos Javi, Juanjo, Cristian y yo, pero por razones diferentes, al final sólo participaron los dos primeros. Yo les acompañé testimonialmente en la salida para tomar las instantáneas de rigor… ¡otra vez será!

Como no iba yo... he tenido que recurrir a "tomar prestadas" las fotos de otros participantes. para poder documentar el blog.

Pasado el primer repecho fuerte, un breve descanso antes del duro tramo de la cumbre.

La cima de "Río Chico", la gran dificultad de la etapa al poco de empezar. Es dificil no echar el pie a tierra, sobre todo con tanta gente alrededor.

Debido a la lluvia la organización tuvo que hacer algunas modificaciones en los últimos km del trazado e improvisar un puente de madera...

Atasco para cruzar un arroyo.

sábado, agosto 14, 2010

2010-08-14 La Isla (Rascafría) - Pto. de Cotos


En el Puerto de Cotos (1.830 m)
La verdad es que no sé cómo definir esta ruta, si infernal, vergonzosa, tomadura de pelo o simplemente: para no hacerla en bici. Me gustaría saber cuántos han pasado montados en la bici los tramos que califican como “técnicos” y, si alguno lo hizo, si además terminó la etapa completa y con todos los huesos y la cabeza en su sitio.

Esta era la ruta nº19 de un libro que tiene Juanma: “Por la sierra de Madrid en MTB”, así que para obtener mayor información que su mapa y asegurarnos del camino a seguir, me puse a buscar en “wikiloc”. No encontré ninguna que coincidiera exactamente con la propuesta de Juanma, pero sí varias que compartían gran parte del recorrido. Hasta ahí todo bien, lo malo fueron los comentarios: …por lo menos el 35% es inciclable; … es imposible tanto la subida… como la bajada que es impracticable;… los últimos km subiendo son a pie;… dificultad física y técnica bastante alta;… habría que rediseñar esta ruta para hacerla más ciclable;… tramo durísimo por la subida tremendamente técnica;… bajadas muy técnicas (Mínimo bicicletas suspensión total).
A pesar de lo cual no nos debió parecer inviable, porque junto con Javi, nos citamos los tres a las 9.00h en “La Isla”, una zona recreativa con restaurante, próxima al Monasterio de El Paular.

Terminando la gran cuesta
Con ciertas dudas respecto al camino a seguir (presagio de lo que vendría después) empezamos a pedalear por sitios que nos hacen echar el pie a tierra para poder avanzar. Afortunadamente enseguida encontramos la pista correcta y podemos disfrutar del entorno y la agradable temperatura. Vamos junto al río y gozamos de buena sombra. Empiezan los repechos y ocasionalmente alguna bajadita, son un espejismo. Todo es cuesta arriba. Ante nosotros aparece una larga recta, de fuerte y continua pendiente de la que no se ve su fin. Desgastado por el esfuerzo, al poco, me bajo y comienzo a caminar, miro hacia adelante y veo que no soy el único… “y eso que esta zona es todavía ciclable “pensé para mis adentros.
Cuesta superada. Reagrupados en la cima de esta exigente cuesta, continuamos unos pocos metros más hasta que el camino se ensancha en una explanada con forma de rotonda donde muere la pista. Una pasarela de madera que cruza el arroyo señala el inicio del sendero.

El principio del fin. Si estas fuerte de piernas, puedes continuar un poco más sobre la bici, esquivando las piedras y apretando los dientes, pero en el segundo puente ya no hay más remedio, hay que bajarse… para el tercer puente, además de las piernas, hay que tener unos brazos fuertes para cargar con la bici. (Dudo mucho que alguien, por muy “técnico” que sea, haya subido en bici).

Sombre el hombro..¡ar!

Lo subido con la bici al hombro o"tramo técnico"

Lo que nos faltaba por subir. Nos cruzamos con una pareja de excursionistas, ellos van en sentido contrario y nos animan a seguir.
Superada la pendiente, cuando la senda se allana, volvemos a montar, ahora toca esquivar y superar las raíces de los pinos, que a veces son escalones infranqueables. Por fin llegamos al collado. Encontramos un grupo más numeroso de excursionistas. Nos jalean y aplauden. Incluso algún bien intencionado me quiere ayudar con un empujoncito final, pero “déjelo que voy muy justito, si me empuja… me caigo”. Con la pendiente a favor, todo se ve de otra manera, las piedras y raíces que antes eran imposibles ya parecen no ser obstáculo, pasamos sobre ellas rápidamente, pero agarrando bien fuerte el manillar para mantener la dirección.


Atravesando los pastos, con las pistas de Valdesqui al fondo.
El campo se abre, llegamos a una zona de pastos. Nos queda el último tramo “peatonal” y enseguida alcanzamos la carretera de Cotos a Valdesqui. Descendemos hasta el puerto y aprovechamos para recuperar fuerzas y disfrutar del momento.

Lo mejor de todo... ¡pincho de tortilla!
Dispuestos a encarar la bajada conocemos a tres ciclistas que andan buscando alguna ruta por los alrededores, “que no sea muy complicada” porque uno de ellos lleva poco tiempo montando y todavía no tiene ritmo. Les invitamos a que se vengan con nosotros, ya que sólo nos queda bajar (o eso creíamos) y luego podríamos subirles en uno de nuestros coches para recuperar el suyo; comentamos que es una ruta que no conocemos y que debe tener algún tramo "complicado" al principio de la bajada.
La realidad supera la ficción y a pesar de que empezamos bien, enseguida se puso imposible. Aparecieron piedras y rocas sueltas, pendientes pronunciadas, zanjas profundas, vegetación abundante, …otro tramo “técnico” que dirían algunos. Perdimos mucha altura bajando un barranco, cruzamos un arroyo y tuvimos que volver a subir. “En menuda hemos metido a esta gente”, comentábamos. Después de mucho caminar y alguna rectificación en el camino a seguir, salimos de esta trampa para ciclistas.
Cuando apareció la pista ancha y todo parecía volver a la normalidad, una nueva fatalidad. Nuestro nuevo acompañante, el menos veterano sobre las dos ruedas, se cayó, se hizo un corte en un pómulo y se dio un buen golpe en el hombro. Parecía que se le había salido y no podía mover el brazo, pero poco después estaba más recuperado y animado, aunque aquí se acabó la ruta para él. Nos reagrupamos y optamos por volver a la carretera, que no debía andar muy lejos, para recuperar los coches y poder llevar al accidentado a donde mejor pudieran atenderle.

A pesar de todo..el buen humor siempre presente.