2009-03-13_15 Casa rural en AVILA

Como veo que nadie se anima a poner algo sobre nuestra última escapada, me lanzaré yo, a pesar de las pocas fotos y el tiempo transcurrido.

Quizás nadie lo haya hecho porque después de tanta inactividad del blog puede haber olvidado la contraseña de acceso...o quizás haya sido porque realmente, esta vez: "no hay nada que contar".
Que incongruencia, que contradicción. Las últimas veces que quedábamos se decía: "Vamos de casa rural, pero cerca, que no haya que hacer muchos km ; Sí, cerca de Madrid ; Para estar de fiesta no hace falta irse muy lejos"... todo eran comentarios en el mismo sentido.

Al final, tras los tan frecuentes en otra época intercambios de e-mail, nos decidimos por una casa en el municipio de La Serrada, muy cerca de Ávila capital:casa las yernas

A priori éramos 11, pero con posibilidad de alguna incorporación que al final no se concretó (El Atleti, una pasión difícil de comprender pero más difícil de abandonar)
Otros llegaron más tarde, pero llegaron, por culpa de otra pasión: la devoción al trabajo solidario y a IKEA.

Cena de explosivas fajitas a causa del picante. A alguna le pareció poco y lo aderezó con alcohol para avivar así el fuego estomacal.

Lo único que se puede considerar “actividad” fue la caminata que la mayoría se dio el sábado por la mañana, desde la casa hasta el cercano pueblo de Muñopepe.

Otros nos dedicamos a proteger “a fuego” los pinares de la finca. Otra incongruencia: ¿Cómo el fuego puede salvar árboles?, pero así lo hicimos.
Contribuimos a protegerles de la peor plaga posible: “la procesionaria”, que hace que el pino se seque y debilite, facilitando el ataque posterior de otras plagas, además de provocar urticarias y alergias en piel, ojos y nariz.

Tras nuestro ataque de “ecologistas en acción” recogimos a los paseantes y, con la hora encima, nos pusimos a buscar a la carrera un lugar donde comprar carnes y bebidas para la BBQ de la comida.
De aquí para allá, y luego más allá, hasta llegar a una carnicería donde “nos atienden” escoba en mano y nos echan después de haber comprado menos de lo que hubiéramos querido (¡Viva la visión comercial!)

BBQ excelente, como siempre. Algunos descubrieron “el secreto ibérico”.

Para bajar la carne, que mejor que unos helados. En algún caso con paseo, paseito y paseazo involuntario incluido. El resto disfrutando de la siesta, la lectura y una relajada digestión.

Al caer la tarde llegó ¡lo más marchoso!: tranquilo paseo por la monumental ciudad de Santa Teresa. Tapas y Burger King, algunos lo pueden definir como mezcla de cocina tradicional y “moderna”.

El domingo, para comer, optamos por la opción recomendada pero desconocida, ya que, la conocida, resultaba poco recomendable por precio y forma. (¡Ay!… pobre padre que se enfrenta a lo desconocido por una hija en estado de buena esperanza)

Peculiar personal el que regenta este modesto bar/restaurante de carretera. Degustamos productos de la zona: judiones con manitas, patatas revolconas, chuletón, huevos fritos y un flan casero inolvidable. Cantidad a un buen precio.
Después vuelta a Madrid sin atascos y casi sin darnos cuenta…¡que bien estar tan cerca!

La conclusión del fin de semana fue que “no habíamos hecho nada, más que comer y dormir”…¿Pero no era eso lo que se quería?... pues parece que no.