Fotoblog de los alegres excursionistas

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martes, abril 19, 2011

2011-04-19 Arroyo Chivato (La Pedriza)



Tiempo hacía que no teníamos en el blog una reseña de senderismo. En esta ocasión y aprovechando las vacaciones de Semana Santa, sobrino y tío nos adentramos en la Pedriza para remontar a pie el "Arroyo del Chivato". Así, sumamos un nuevo miembro a nuestro blog.
Dejamos el coche en el último aparcamiento, donde siempre aparcamos cuando venimos para recorrer en bici “las zetas”. Avanzamos por la pista pero pronto la abandonamos por un puente pequeño que cruza el ya río, Manzanares. Siguiendo la senda nos adentramos en un pinar hasta llegar a la conocidísima entre los excursionistas madrileños "Charca Verde", que en verano se convierte en solárium y piscina natural. Desde aquí remontamos el curso por el margen derecho (aguas abajo hemos dejado su unión con el Manzanares). Caminamos pegados a la orilla, ignorando el camino que está unos metros más arriba.

Al rato hacemos la primera parada para comer algo. Notamos el esfuerzo de ir ganando altura a cada paso y hay que dosificar las energías. Aquí empezó a chispear, era una de los temores que teníamos, porque las previsiones del tiempo eran regulares. Afortunadamente sólo fue un momento y no tuvimos más molestias que la de ir cargando con un paraguas que, aún cerrado y colgado en la mochila, se enganchaba esporádicamente en alguna rama.

El deshielo en las cumbres aunque está llegando a su fin, no impide que el caudal siga siendo generoso, incluso baja con fuerza en algunos puntos, formando pozas de agua transparente. Muy apetecibles para el verano si el caudal fuera el mismo y el acceso más sencillo.
Esto sí es "Madrid río" y no el de diseño que hay a varios kilómetros aguas abajo.
Ir tan próximos a la orilla no siempre es fácil y a veces debemos dar pequeños rodeos hasta encontrar el mejor paso.

Finalmente, tras 4,5km de ascenso encontramos un lugar que nos parece bien para la parada definitiva. Será el punto cumbre de nuestra escapada senderista. Comemos, descansamos y emprendemos el camino de vuelta siguiendo esta vez la senda pisada, lo que nos facilita aún más la bajada y hace que vayamos más rápido. LLegamos al coche después de un total de 9 km, una aventura más finalizada.