Fotoblog de los alegres excursionistas

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sábado, agosto 12, 2006

2006-08-12 Lluvia de Gloss: Perseidas 2006

Foto: La expedición
Con la excusa de ver la veraniega lluvia de estrellas fugaces que suele coincidir con San Lorenzo habíamos quedado en el Pto. de Cotos algunos de los habituales y nuevas incorporaciones, en total 12 astronomos aficionados entre los cuales también había más de una astróloga avanzada.
La idea es ascender a Peñalara y dormir al raso para desde allí intentar divisar alguna estrella.
La escapada fue propuesta por Lidia y Juanma que ya la habían hecho el año pasado. Como entonces pasaron mucho frío, nos recomendaron ir bien provistos de prendas de abrigo y mantas para la noche.

Tras los saludos y presentaciones iniciales empezamos a subir por la pista que nos llevará hasta la cumbre. Es un camino ancho y bien marcado. El Guarda Forestal que hay junto a la caseta del Parque nos recuerda algunas de las normas del Parque: hay que evitar la emisión de ruidos, no se puede acampar y por supuesto, no se puede hacer fuego. También menciona el refugio Zabala, por si las condiciones meteorológicas se hacen demasiado adversas durante la noche y debemos buscar cobijo.

El cielo está despejado, pronto llegan duras rampas, los zig-zag son continuos y el viento que sopla parece que lo hace con más fuerza en las zonas de sombra. Los menos acostumbrados a la montaña y a cargar con mochila empiezan a resentirse y la fatiga se hace presente. Se descuelgan del “gran grupo” y buscan un ritmo más adecuado a sus fuerzas. El sol va descendiendo en busca del horizonte y, aunque en ocasiones puede resultar molesto porque nos deslumbra, se agradece su calor que nos protege del frescor del viento.

En menos de hora y media hemos conseguido terminar el ascenso y nos reagrupamos en la cima de la “Hermana Menor” 2.271 m. Aquí, en el cordal que separa Madrid de Segovia, el viento es más fuerte y debemos buscar con celeridad un lugar donde resguardarnos y pasar la noche. El sol ya se ha ocultado. Encontramos un refugio que cumple las condiciones mínimas de espacio y protección que necesitamos, sólo requiere unos retoques de mantenimiento y adaptación. Unas piedras más aquí y otras de menos allí y... ¡ya está listo!
Tras el esfuerzo de la subida y de la rehabilitación de nuestra “solución habitacional”, nos lanzamos como posesos a nuestros bocadillos y alimentos. El frío se hace más intenso y comienza el desfile de gorras, guantes, mantas, bufandas y sacos de dormir. Se implanta la moda "sin techo", donde toda capa de ropa es insuficiente para combatir la baja temperatura. Se hace imprescindible ayudar al cuerpo desde el interior: un poquito de sangría y ron producen milagros… Foto: Marina combatiendo el frío, el color de su saco nos trae recuerdos de "parecidos razonables"...no sabemos si más a "La columna" de Linea Directa o a Tinky-Winky.

Entre bocado y bocado y trago y trago vemos las primeras estrellas fugaces y eso a pesar de no ponernos de acuerdo en cual era la dirección más conveniente donde buscarlas: hacia el Norte, hacia el Sur, hacia la W de Juanma, hacia Perseo… A partir de aquí empezó una muy entretenida y divertida tertulia que dio mucho juego, donde en algunos casos (¿?) hubo más ron que frío. Quedará para el recuerdo el poema al Infinito de Leopardi, a pesar de que no se lo oímos recitar a Mercedes en italiano (os adjunto un link con la traducción en castellano); los varios y diversos nombres de Raúl: Chuso, Rulo…¡Chufo!; también el de “Chinoa” y sus amigas; mi descubrimiento particular del Gloss y el descubrimiento general del rosa-camel. Según pasaban los minutos el sueño iba haciendose con algún tertuliano y poco a poco el silencio empezó a ser dominante. Sólo dos voces permanecían despiertas en la noche, quizás por culpa del Brugal, quizás por evitar tumbarse sobre las piedras del suelo donde debían descansar. Sin embargo, el susurro de la conversación fue como una nana para los que todavía intentaban resistir con los ojos abiertos y terminaron por caer vencidos por el sueño... y así, inevitablemente, acabamos todos.Antes de amanecer, cansado de la incomodidad de mi parcela y ante la imposibilidad de pegar ojo, decido levantarme y abandonar a mis somnolientos compañeros para intentar disfrutar al menos del amanecer desde la cumbre de Peñalara... ¡una gozada!

Foto: Amaneciendo sobre Segovia, se distinguen las torres de la Catedral y el Alcazar

Con el sol ya más alto que las montañas deshago mi camino para volver al refugio. Para mi sorpresa casi todos siguen acurrucados: parece el tipico montón de ropa de saldo desordenada ... es casi imposible distinguir sus figuras, donde empieza o acaba uno y empieza otro.

Lentamente se desperezan y sin prisa vamos levantando el campamento, desayunamos e iniciamos un descenso que no es dificil pero que hay que hacer con cuidado por las numerosas piedras sueltas. Se produce algún tropezón y caida sin consecuencias. Reagrupamiento y tentempié en el Bar de Marcelino: despedida…¡hasta la próxima!

Fdo: Antonio.