Fotoblog de los alegres excursionistas

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lunes, noviembre 26, 2012

2012-11-25 Nos hacemos mayores!!

Algo que por más que resulta evidente e irremediable, no termina de calar en la mayoría de nosotros. Y es que todo cambia, y casi todo a peor. La memoria, por ejemplo. Que ya uno no se acuerda ni de que tenía un blog, y cuando se vuelve a poner a ello, casi dos años después, cuesta mucho más que entonces. Y del físico... mejor ni hablar. Ahora son todo achaques, lesiones, dolores, agujetas, y todo para conseguir mantener una míseria de condición física.

Lo que no ha cambiado todavía, y esperemos que nunca lo haga, es la necesidad de aventura, aire puro y sensación de libertad. Así, una vez más, se me metió entre ceja y ceja que tenía que sacar a pasear la bici, que lleva acumulado en el tendedero el polvo de casi 4 años de casi nula actividad. Y es que a excepción de paseos domingueros por el Parque Río, no ha habido forma de volver a tener continuidad con las rutas TT que originaron en parte este blog.

Tras tentar al casi desintegrado grupo de excursionistas, y comprobar una vez más mi gran poder de convocatoria, me decidí por una ruta inexplorada en dirección sur-este, que podía iniciar desde la puerta de casa (gran ventaja no tener que tocar el coche). En WIKILOC encontré el track, y lo cargué en el Garmin. Equipado el pulsómetro y las vituallas, a las 10:00 del domingo estaba listo para zarpar. Solo.



Saliendo de casa en dirección al Parque Manzanares, y atravesándolo, se llega al parque de la ribera sur del Manzanares, que es como el hermano pobre del ahora tan de moda Parque Rio. En esta época del año está bonito, porque el rio corre, no huele demasiado raro, las orillas están verdes, y cubiertas con la hojarasca típica del otoño. Es curioso circular por una especie de paisaje subterráneo al aire libre, algo que normalmente no está visible desde las calles, la M40, M45 o M50, pero que sin embargo está ahí de siempre, y tiene vida propia. Bastante gente haciendo deporte, mucho ciclista, menos corredores, familias paseando.

Antes de llegar a Perales del Rio, el camino se aleja un poco del cauce, y atraviesa una zona menos interesante de obras, explanaciones, pasarelas sin acabar, desvíos... Esperemos que el camino siga ahí cuando las obras terminen. Las obras dejan paso a campos de cultivo y huertos familiares. Una pasarela me conduce por encima de la vía férrea y bajo la M50, siempre por la margen izquierda del rio, siguiendo las indicaciones del "Camino Uclés" que salpican tuberías de hormigón y postes del tendido eléctrico, junto a las inconfundibles marcas del GR.

Llego a un cruce en el cual la ruta se bifurca, iniciándo un tramo circular que se puede hacer en uno u otro sentido. Yo elegí el de las agujas del reloj, tomando el ramal estrecho de la izquierda, que avanza encajonado entre pequeños cortados arenosos y cotos privados de caza (se escuchaban los tiros), granjas de ganado vacuno, y ya con Rivas al fondo, viñedos.



Entonces empieza la emoción, porque la ruta original te obliga a saltar un par de barras que cierran el paso que bordea unas edificaciones creo que militares. Esto se consigue sin problemas, y sin llamar la atención de nadie (el ejercito está en horas bajas). En este punto me situo ya bajo los cortados de Rivas, que sigo rodeando según avanzo por una pista de arena.



Al llegar al otro lado del macizo, dejo a mi izquierda las lagunas de Rivas, aunque no son visibles todavía. El camino se interrumpe en un punto en el que hay que echar pie a tierra. Unas rocas inmensas hacen que sea necesario algo de escalada para poder volver al camino y continuar. Desde este punto, podemos ver la laguna más grande, con sus instalaciones hidráulicas que aun hoy deben funcionar. La pista se vuleve asfalto, y me conduce fácilmente hasta el punto más bajo y más al sur de la ruta, un cruce en el que debemos volver, muy a nuestro pesar, a la tierra, y a las rampas.

El terreno es complicado, está descarnado por el paso de las recientes lluvias, y casi no hay camino que poder seguir. La valla de las instalaciones militares de la zona que ocupan el alto del macizo me obligan a echarme a los sembrados, y llega un momento que tengo que seguir subiendo a pie. Afortunadamente la lluvia que empezaba a caer, se detiene en pocos minutos, y consigo llegar a un terreno más favorable. Trato de distrutar de una pequeña bajada, pero nuevamente me doy de bruces con la autoridad, esta vez en forma de valla de dos metros con alambre de espino. Horror. Por un momento pienso que me tengo que ir por donde vine. Pero tras unos minutos de frío análisis, decido probar mis fuerzas y mi suerte. Consigo levantar la bici lo suficiente para sibirla encima de la verja, y dejarla en equilibrio el tiempo suficiente para para escalar yo hasta el otro lado, y recuperarla sin sufrir daños ninguno de los dos, y sin levantar la más mínima sospecha en la comunidad militar.



La carretera asfaltada que tomo en este punto, cruza el lugar conocido como "La Marañosa" y entronca con la M301. Sigo esta carretera por su carril bici, cruzando el arroyo Culebro, en dirección a Perales del Rio. Un desvío a la derecha nos conduce hacia la depuradora de aguas de la zona que está al lado del cruce donde acaba la parte circular de la ruta. La vuelta hasta el inicio desde ahí, es deshacer el camino, pero con unos 40kms ya en las piernas.


Y ahora, ¿cuánto tardaremos en volver?

P.