Fotoblog de los alegres excursionistas

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sábado, febrero 04, 2006

2006-02-04 Subida a la BOLA DE DEL MUNDO





Hola,
Los primitos, como los pingüinos, teníamos mono de nieve y sobre todo de excursión, pero como ya salimos algo escarmentados de la última escapada, decidimos dejar los velocípedos en casa y optamos por el senderismo. La ruta que en principio debía llevarnos hasta la cumbre de La Maliciosa 2227 m nos llevó "sólo" hasta la Bola del Mundo 2258 m.
Como Pablo ya es oficialmente conductor me vino a buscar a casa y partimos hacia el Pto. de Navacerrada 1858m , a donde llegamos bastante bien porque no había tráfico. Desgraciadamente allí sí había muchos coches y el parking estaba completo. Con pericia y fortuna Pablo se inventó un hueco cerca de la estación del tren y desde allí empezamos el ascenso a pie, rodeados por la niebla de las nubes bajas.

Estrenabamos GPS (por segunda vez) y vimos que la ruta original nos la habíamos pasado así que optamos por algo facil "subir y bajar" a la Bola y así también familiarizarnos con la tecnología (otro cacharrito más para nuestras excursiones).
Seguimos la carretera que lleva hasta la cumbre, algo sin dificultad. El único peligro eran todos los "sabaderos" de ciudad y de más allá del Atlántico que se tiran en trineo sin control alguno; por lo que corre peligro no sólo su integridad física sino la de cualquiera: ¡ojo! van al tobillo.
Superados y esquivados estos inconvenientes llegamos a una altura en la que las nubes quedaban a nuestros pies y el cielo se abría permitiendo que el sol nos calentara con fuerza. Hubo que despojarse de alguna prenda de abrigo, por lo menos el poco rato en el que ascendimos protegidos del viento. En la cuerda de la montaña el viento soplaba con fuerza y la sensación de frío era más intensa...¡ Qué frío!

Por fin llegamos a la zona de antenas. Buscamos un lugar donde protegernos del viento y allí repusimos fuerza a base de barritas energéticas (la premura con la que decidimos la ruta y la escasez de suministros en el hogar no daba ni para un sandwich). Lo mejor fue estar allí al sol, como lagartos, disfrutando del paisaje y del resto de excursionistas: cada uno con su peculiaridad.
Después de tostarnos un rato y para evitar la congelación por inactividad, empezamos el descenso y, para darle mayor emoción, practicamos el "fuera de pista" hasta el Puerto. Habíamos tardado 3 horas en subir y bajar los 400m de desnivel (parada incluida). Era momento de buscar donde comer, pero por la hora y nuestra pinta, no encontramos mejor lugar que la cafetería de una gasolinera en Villalba.


Hasta la próxima.
Antonio.